lunes, 13 de abril de 2009


Costos
A una cuadra de la playa, el calor era tan insoportable que provocaba que las bermudas se adhirieran a mi sudoroso trasero, aparte, una brisa llena de polvo pegaba contra mi rostro, el viento provenía de una calle sin pavimentar, -calculo que esta calle seguirá así al menos por unos 5 ó 10 años más-,justo ahí, se desarrolla esta historia, en medio del todo y la nada, nos encontrábamos 6 jóvenes en un paraje eternamente olvidado del Golfo de México, bajo el mando de una persona que simplemente llamare “compleja”.
Partiendo de la idea de que en
este país no hay nada mejor que el aspirar a ayudar a la gente, nosotros 6 nos enlistamos dentro de una brigada de alguna institución muy popular, un equipo que iba a desarrollar un proyecto de turismo, simplemente, decidimos tomar el camino para sentir la mirada de la gente, y poner el grano de arena que nos corresponde en este decaído país.
Después de un viaje de alrededor de 10 horas llegamos a pasar la primer noche en ese lugar, donde, inicialmente se requería de especialistas en Biología, Sistemas Ambientales, en Turismo, Arquitectura y en Economía. En esa misma noche, me di cuenta, de que lo que inicialmente íbamos a hacer, no era lo que el lugar necesitaba, -pues un proyecto de turismo dista mucho de un programa de urbanización-, entonces, empecé a pensar en el costo de esta brigada, y cuando hablo del costo, me refiero al costo económico, costo de credibilidad, costo social y costo de calidad.
El costo económico fue grande, debido a que durante 8 días nos mantuvo la comunidad – modestamente y de acuerdo a sus posibilidades-, así que haciendo cálculos se podría decir que formamos parte de una gran esfuerzo y trabajo en colectivo - espero que algún día el trabajo de esta gente se vea recompensado, a pesar de tener 8 años cargando este yugo, o sea 8 años desde que inició este proyecto-, y calculo que el gasto podría ser equivalente o menor al pago de los servicios de una consultoría externa, pues después de 8 pesados años y pensando en números, el costo monetario es sumamente alto, debido a que si calculamos el costo de una semana manteniendo a una brigada de 6 personas en este lugar obtendremos la cantidad de $5,000, si lo multiplicamos por 3- que serían las veces que se visita al año este lugar- nos dan $15,000 y si esto lo multiplicamos por 8 –que son los años que lleva este proyecto-, nos da la nada despreciable cantidad de $120,000,- sin tomar en cuenta que algunas veces los periodos han sido mayores -; realmente hay una inversión muy alta y la tasa de retorno aun no se vislumbra por algún lado.
El costo de credibilidad me parece que se basa en el manejo de la esperanza, y estos deseos, no son más que el alimento de la necesidad de tener simplemente lo necesario, lo indispensable y lo que requiere cualquier ser humano para desarrollarse en este planeta. Ese sentimiento es el que los mantiene – y los mantendrá- esperando de pie.
El costo social, en este momento es favorable para la escuela, pero es ahí donde se vive una doble moral de parte de los encargados de estos proyectos, ellos podrían presumir de los resultados –…aun que no sepan nada del trabajo que realizó el equipo a su cargo!-, asimismo intentando ser un poco objetivo, nos podríamos preguntar; ¿De verdad sirve un proyecto que lleva 8 años de trabajo y no ha arrojado resultado alguno?
El costo de calidad, podría ser como un voto de confianza a favor de los desarrolladores, pero; ¿En qué resultados nos podríamos basar?, y cómo podríamos definir el concepto de “calidad”, lo definiríamos tomando en cuenta, el tiempo?, el dinero invertido?, o los resultados arrojados durante 8 años?, de cualquier manera o tomando en cuenta todos estos factores el resultado no sería alentador.
Entonces, si un voluntario sabe lo que está bien ó mal dentro de este tipo de programas, seguramente los responsables de las áreas lo sabrán también, no pude ser posible que esto siga sucediendo,” porque la crisis me parece que no está viniendo de fuera”, solo la estimulamos más y más con toda una serie de vicios, gastos y excesos institucionales, ocasionados por trabajadores de bajo perfil –burócratas de todo nivel-, y muchas veces por los mismos lugareños que no exigen los resultados de manera oportuna, y son ellos para quienes principalmente se realizan este tipo de proyectos.
Lo rescatable de todo esto es el empeño y la buena voluntad de los que asistieron como parte de esta brigada de apoyo a comunidades de bajos recursos, pues sin la existencia de estos jóvenes, este tiempo solo hubiera sido gris, aunque el costo, puede ser muy grande en cuanto a la identidad institucional.

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